Parada cardíaca. Resucitación en niños.
En muchas ocasiones, no se realiza la reanimación cardiopulmonar, por el miedo a hacer daño al niño. Pero lo cierto es que, es importante realizarlo, aún que sea el soporte vital básico, el cual puede realizar cualquier persona que tenga esta información. Al realizarlo, podemos salvar una vida.
En primer lugar, debemos de garantizar la seguridad del reanimador y del niño. Así comprobar el estado de consciencia del niño, haciendo preguntas o agitando con cuidado. Si el niño responde no lo debemos de mover de posición y nuestra reacción debe de ser pedir su ayuda, y nunca dejarlo solo, evaluándolo de forma periódica.
En caso de que el niño no responda:
Debemos de pedir ayuda, nunca dejarlo solo.
Abrir la vía aérea del niño, extendiendo la cabeza y el mentón, en busca de algún objeto extraño y con las yemas de los dedos, en el reborde de la barbilla, si aún así no podemos ver la vía aérea, tendremos que realizar la tracción mandibular, empujando la barbilla hacia delante.
Si hay respiración normal, lo sabremos escuchándola y mirando hacia su tórax. Si esto no sucede debemos de iniciar la RCP en menos de 10 segundos.
Si el niño no tiene respiración normal.
-Quitar cualquier cuero extraño evidente de la vía aérea.
-Da cinco respiraciones de rescate.
- Extrae cualquier cuerpo extraño.
-Seguir dando las cinco respiraciones de rescate, y hacer lo mismo cinco veces más.
Si no se han detectado signos de circulación, debemos de:
-Continuar con las respiraciones de rescate.
Si no hay signos de circulación o no hay pulso o no estamos seguros, tenemos que
-Iniciar compresiones torácicas.
-Combinar las respiraciones de rescate con las compresiones torácicas.
Las compresiones torácicas en niños:
-Se comprime el tercio inferior del esternón. Localizando la apófisis xifoides.
-Comprimir el esternón, a través de una mano, la cual debería de ser suficiente.
Las reanimaciones deben de ser 15:2
Continuar la reanimación hasta que:
-El niño de signos de vida.
-llegue ayuda.
-Tu estés agotado
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