Extracción de sangre venosa

La extracción de sangre es una técnica muy usual ya que nos permite la obtención de mucha información mediante el análisis de la muestra obtenida.

Hay varias formas para la obtención de una muestra de sangre, ya que esta puede ser capilar, arterial o venosa; normalmente la opción elegida es la venosa debido a sus ventajas: producción de un mínimo traumatismo, mayor facilidad de extracción y permite obtener un volumen suficiente de sangre. 

A la hora de llevar esta técnica a cabo debemos tener en cuenta que debemos evitar pinchar zonas lesionadas, también debemos prestar especial atención a aquellos pacientes que se encuentren anticoagulados. 

El material necesario es el siguiente:

Una vez preparado el material, procederemos a la identificación del paciente y a la explicación de la técnica que vamos a llevar a cabo. Una vez hecho esto, pondremos en práctica la técnica en sí mediante el siguiente procedimiento


  1. Como en cualquiera de las técnicas de enfermería, previo a su procedimiento se debe efectuar un lavado de manos.
  2. Comenzaremos colocando el compresor unos cuatro dedos por encima de la zona en la que vayamos a efectuar la punción. Normalmente en la extracción de sangre venosa las venas elegidas son la basílica o la cefálica de la flexura del brazo, por ello el compresor se colocará por encima del codo. 
  3. Palpación y elección de la vena. Si la palpación se vuelve dificultosa utilizaremos diferentes medidas que produzcan vasodilatación, como son  la impregnación con alcohol de la zona, pedirle al paciente que cierre la mano, golpeando la zona con los dedos, etc. 
  4. Desinfección de la zona previo a la punción. 
  5. Punción. En este paso podrá ser de utilidad el estiramiento de la piel, ya que nos permitirá fijar la vena. La punción se realizará con el bisel de la aguja hacia arriba y con un ángulo de unos 20-30º. Si la punción se ha realizado con éxito veremos como refluye la sangre. 
  6. Estabilizamos la palomilla con el pulgar y con la otra mano vamos llenando los tubos, los cuales deben estar etiquetados con la información del paciente. 
  7. Cuando hayamos acabado el llenado de los tubos, retiraremos el compresor y posteriormente la aguja presionando la zona de punción con un algodón que después fijaremos con esparadrapo. 
  8. Usaremos el sistema de seguridad de la palomita y posteriormente la tiraremos al contenedor de objetos punzantes. 

A continuación mostraremos un vídeo que nos ayudará a comprender mejor el procedimiento: 




Bibliografía:

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